Invitar a Los Niños a Encontrar La Presencia Real De Cristo en La Eucaristía
Los niños tienen un deseo innato de conocer y reflexionar sobre las cosas más esenciales e importantes en la vida. Debido a esto, la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía no es algo que está demasiado lejos o más allá, incluso para los niños más pequeños. Pero, ¿cómo compartimos esto con ellos? ¿Cómo enseñamos la Presencia Real?
Los padres tienen el papel más importante en este proceso, y no es solo llevar a nuestros hijos al catecismo o a la escuela católica. Los padres tienen “la primera responsabilidad de educar a sus hijos en la fe” (el Catecismo de la Iglesia Católica, 2223). Es a partir de la experiencia de un niño en el hogar y la vida familiar que primero aprenden a entender y dar forma a una imagen de Dios que es el Buen Pastor, que los ama, los conoce y los llama por su nombre.
Nuestra Iglesia utiliza la metodología Catequesis del Buen Pastor (CGS, por sus siglas en inglés [Catechesis of the Good Shepherd]), que es una gran herramienta para padres y catequistas por igual. Aunque el programa suele ofrecerse en entornos parroquiales y escolares, hay muchas ideas que los padres pueden poner en práctica en casa.
Los niños tienen una conexión especial con la parábola del Buen Pastor (Jn 10, 3-16), y, al enfocarse en esta parábola, pueden llegar a ver que él se preocupa por ellos, los protege, los llama por su nombre y da su vida por ellos. En el programa CGS, los niños a menudo piden volver a esta parábola porque toca algo profundo dentro de ellos. Así que encienden una vela, luego leen lenta y orantemente el pasaje, reflexionando juntos sobre él. Se les hacen preguntas como:
Cuando el Pastor llama a las ovejas por su nombre, ¿qué hacen? ¿Por qué?
Lo siguen. Conocen su voz y confían en él.
¿A dónde van? ¿Qué hace él?
Les da todo lo que necesitan. Los lleva a la hierba verde y al agua. Él da su vida por ellas: todo su tiempo, toda su atención. Nunca está demasiado ocupado para ellos.
¿Quiénes son estas ovejas que tienen un Buen Pastor?
Permítales pensar y reflexionar sobre las preguntas sin dar ninguna respuesta.
Se deben recordar a sus hijos que Jesús, el Buen Pastor, está con ellos, e invítenlos a compartir con el Buen Pastor todo lo que quieran. A medida que crecen, los niños suelen ser capaces de darse cuenta por sí mismos de que ellos son las ovejas. A medida que se hace esta conexión, pueden ocurrir meditaciones más profundas sobre cómo el Buen Pastor se alimenta y llama a su rebaño dentro de la Misa y está presente con ellos allí.
Cuando asistan a la Misa en familia, inviten a sus hijos a observar los diferentes gestos que se producen durante la plegaria eucarística, y a escuchar atentamente las palabras que los acompañan. Dediquen tiempo a reflexionar juntos sobre lo que significan, y destaquen el regalo que Dios nos hace de sí mismo en la Misa. Incluso se puede invitar a los más pequeños a sintonizar durante la plegaria eucarística, y podemos ayudarles a concentrarse en este momento tan sagrado. Llevar a los niños a la Adoración Eucarística, aunque sea durante unos minutos, es una forma increíble de fomentar la devoción a la Presencia Real de nuestro Señor en la Eucaristía. Allí, en un silencio sencillo y hermoso, puede hablar a sus corazones y ayudarles a encontrarse con él.
El testimonio de una vida de fe y devoción al Señor en el Santísimo Sacramento es el factor fundamental para transmitir a nuestros hijos la reverencia a la Presencia Real. Cuanto más crecemos los padres en comprensión y devoción, más nuestros hijos serán influenciados por nuestro testimonio.
¿QUIEREN MÁS RECURSOS?
Visite la página web de la Catequesis del Buen Pastor en www.cgsusa.org/discover/cbp-en-espanol.
Sarah Runko es la directora de formación de fe para Blessed Sacrament Church en Charleston. Envíenle un correo electrónico a srunko@charlestondiocese.org.